La luz del sol entrando por la rejilla de la ventana a las 12 del mediodía, levantarte, vestirte e ir a la piscina, comer y salir, cenar y volver a salir. La rutina del verano. Playa, piscina, fiesta, playa, piscina, fiesta, y así hasta dejar seco el verano. Amores pasajeros, amantes de una sola noche, compañeros de sonrisas, compañeros de bailes, amigos de toda la vida, amigos veraniegos. Sudor en la frente, noches de desenfreno, ponerte lo primero que encuentres en el armario e ir todo el día en bikini.

Oh verano! te hecho de menos.

Seguía pensando que te tenía, pensando que volverías, que lucharías por mí. La esperanza, vaya mierda. Lo último que muere, finges que no duele, que todo va bien, sabes o dices que sabes que encontrarás a alguien mejor, pero no. Soló lo quieres a él, que te abrace otra vez y que te susurra al oído que esta vez eres la única.
Que duele mucho pero tienes que seguir adelante, porqué vales mucho más que todo eso, que mereces mucho más.